28 Septiembre 2016-Miércoles 26º Ordinario-Lc 9, 57-62-Mis locuras y pecados en las manos del Señor HD

EVANGELIO DEL MIÉRCOLES 26º ORDINARIO, 28 DE SEPTIEMBRE 2016-CICLO C-Lc 9, 57-62: "MIS LOCURAS Y PECADOS EN LAS MANOS DEL SEÑOR". San Jerónimo vivió mucho tiempo en Jerusalén, no sólo para conocer la vida del Señor, sino también para profundizar más en las Sagradas Escrituras. Recordemos que San Jerónimo tradujo la Biblia al latín (La famosa Vulgata). San Jerónimo estaba celebrando la Navidad en Jerusalén, y entonces le pregunta al Señor: "Oye, Señor, ¿qué quieres que te regale el día de tu cumpleaños?". San Jerónimo cuenta que escuchó una voz muy silenciosa que le dijo en lo más profundo de su alma: "Jerónimo, quiero que me regales tus pecados". Cuando Jerónimo oyó aquello, se llenó de pesar y. en un arrebato de entusiasmo espiritual, agarra al Niño Dios, se lo pone en sus brazos y, medio danzando y cantando, dice: "Oh, loco de amor debes estar, Jesús, loco de amor debes estar por mí, que me pides que te regale mis pecados". Era la forma como Jesús le pedía a San jerónimo que lo siguiera: "Que le regalara sus pecados". El Evangelio de hoy nos presenta diversos modos de seguir a Jesús o diversos modos de aceptar el llamado que Jesús nos hace. TE SEGUIRÉ A DONDEQUIERA QUE VAYAS. ¿FANFARRÓN? ¿LUNÁTICO? ¿GENEROSO? El Evangelio dice que Jesús iba de camino por Galilea, junto con sus discípulos. Iba de una ciudad a otra. Jesús les hablaba de las ilusiones que tenía Papá Dios de salvar a los hombres, de las ilusiones que tenía puestas en ellos para que le ayudaran. ¡Con qué cariño, qué ternura, qué amabilidad, qué paciencia Jesús iba formándoles! Se corría toda la fama de Jesús. Así que de repente pues salta uno de los que iban con Él y le dice: "Te seguiré, Señor, a dondequiera que vayas". ¿Se podía pensar en este seguidor primero que se presenta como fanfarrón, lunático o generoso? Cualquiera de estos tres personajes podrían quedar envueltos en esta primera figura o modo de seguir a Jesús. A veces podemos ser así un poco fanfarrones en nuestra respuesta a Jesús. El fanfarrón siempre peca de hablar demasiado y luego su vida no refleja lo que promete. No es coherente con lo que habla. Yo no le deseo a nadie ser fanfarrón, quizá con una vida doble: promesas sin compromiso. Nuestra respuesta también podría ser como de lunático. Lunático es el que no tiene los pies en el suelo. Responde sinceramente, pero a veces sus promesas son inconsistentes, porque no pone los pies en el suelo. Son los soñadores, poco concretos. Podríamos ser así. Pero tampoco se lo deseo a nadie. Yo más bien deseo que seas generoso. Ser generoso significa ser realista. Son los que de corazón se ponen en las manos de Dios, para decirle: "Señor, ayúdame, tú sabes que cuesta". Y cuando el Señor recibe tu comentario, cuando tú le abres al Señor tu corazón débil, entonces el Señor te escucha, porque nunca deja solo a nadie. Cuando el Señor responde a cualquiera de los tres: "El Hijo del hombre no tiene ni donde reclinar la cabeza", quiere decirnos que su camino es un camino de pobrez