Testimonio 2014 I Fui un joven gay, mas ahora vivo para Cristo

Hola, mi nombre es Emmanuel. Crecí en una familia disfuncional, mis padres habían roto su matrimonio. La escena familiar estaba llena de violencia, gritos y resentimiento. Eso, sumado a otros eventos en mi infancia, dejaron huellas que pronto se manifestarían en mi vida. Recuerdo que de niño un joven de mi vecindario me tomó y practicó actos sexuales conmigo que yo no entendía ni procesaba en mi mente. Muchos piensan que una persona gay nace, pero esto no es cierto, satanás miente con estos argumentos científicos e ideológicos para atrapar a las personas. Incluso personas externas a nuestras vidas pueden cambiar bruscamente nuestra conducta a futuro, influenciadas tal vez, por designios del maligno. Cuando tuve más edad y llegué a secundaria, empecé a tener inquietudes y sensaciones hacia el mismo sexo. Sabía que estaba mal, puesto que era conocedor de la Biblia, pero no era cristiano. Tras un profundo distanciamiento de Dios, se despertó en mí una sed por experimentar esos deseos de que hablé, y no fue coincidencia que apareciera un hombre, mayor que mí, que me introduciría al mundo gay con mi consentimiento a la edad de 16 años. En el tiempo que viví de esta manera nunca me sentí feliz ni completo, estaba vacío pero pensaba que recibía amor. El amor que pensé era real, era una ilusión plasmada en la actividad sexual. El mundo gay que conocí es un monstruo devorador del alma y el cuerpo disfrazado de "amor". Algunas personas que conocí aquí eran concientes de su pecado, pero estaban resignadas a vivir de esta forma. Yo deseaba salir, pero no podía, estaba atrapado. Cuando mi Jesús vino a mi rescate estaba muerto por dentro y sin esperanza, pero su poder liberador tocó mi vida un día en que fui invitado a la iglesia, aquel día nunca lo olvidaré, fue como si sacos de arena cayeran de mi espalda, el Señor Jesús estaba sacando los demonios de mi cuerpo y me refrescaba con aguas purificadoras. Si tú eres una persona viviendo en este estilo de vida, quiero decirte que Cristo es tu verdadero amor, y aún tienes tiempo para hallarlo y dejar que cambie tu vida. Gracias Jesús por tu amor y perdón!